lunes, 9 de septiembre de 2013

La dieta y el fin de semana 9.9.13

79.4 kg.

Pues ha concluido una semana desde el zafarrancho gastronómico. Desde el lunes pasado he perdido 900 gramos. ¿Parece poco? Yo creo que no. Si multiplicamos esta cifra por cuatro semanas nos da la bonita cifra de 3 kilos y 600 gramos. En 6 meses serían 21 kilos. Visto así hasta parece demasiado rápido. Pero la realidad es que no siempre será tan bonito.

Ayer domingo no escribí, pero tengo que contaros que pesaba 72.3 kg; 100 gramos más que el sábado, y hoy 100 gramos más que ayer domingo. ¿Por qué?

- El sábado estaba muy ilusionada después de la caminata de dos horas por el campo. Pero para comer tomé una especie de pechuga de pollo cocida que sólo hay que calentarla en la sartén. ¿Pollo? Yo no reconocí el pollo. No obstante, podría parecer que seguía las instrucciones de la enfermera en relación a las proporciones de proteínas, hidratos y grasas, pero la proteína que comí era un plato precocinado. Me decía la enfermera que nada de conservas o precocinados que no fueran al natural porque los conservantes y colorantes impiden la buena digestión y por tanto impiden adelgazar. Pues la etiqueta estaba sobradita de E no sé cuánto, E no sé qué más...
- Por la tarde merendé una cerveza y unas 10 aceitunas con su salmuera saladita. Si no es que tenga calorías la sal, pero retener líquido debe dar miedo verlo.
- Antes de acostarme me obsequié con un combinado: ginegbra con Coca-cola. La cola es zero, pero, ya ves tú, el lingotazo de gin, no quiero ni saber cuántas calorías tendría.

Ayer todo fue bastante bien hasta la comida que, no siendo mala, fue excesiva. Comí en un restaurante una sopa de verduras (bien, verduras hervidas, muy diurético), codillo asado (aquí la cosa tambaleó un poco, intenté comer sólo la parte magra, pero grasa, tiene grasa), flan casero de huevo y pan. Para terminar nos fuimos a tomar café a una pastelería de la calle Bailén, al horno de San Onofre, es una pastelería artesanal de toda la vida. Tomamos café, con su correspondiente azucarillo y medio frisuelo relleno con crema pastelera. Sí, creo que fue todo un tanto excesivo. Estuvimos paseando cerca de una hora por Las Vistillas y por el Madrid Río.

Evidentemente, la intención era no cenar, pero algo hubo que ingerir. A media tarde fue una tónica (72 calorías, tampoco es que vaya descalzo el refresco) y un yogurt con una cucharada de mermelada, eso sí, casera y sin azúcares refinados.

Esta semana otro kilito fuera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por vuestro tiempo y por escucharme.
Espero ser de ayuda también a otras personas.