sábado, 30 de noviembre de 2013

La báscula, el 7 y la agenda 30.11.13

Este post empieza a escribirse un día antes de una marcha de 25 km. y dos días después de una recaída en mis atracones de comida.

77.9 kg

Al subirme esta mañana a la báscula me he puesto muy contenta, incluso le he hecho a mi marido correr a por el teléfono para hacer una foto. !Querido señor siete, no sabe usted cuánto tiempo hacía que le esperaba! Bienvenido, es usted tan, tan... esbelto. Me he bajado y he vuelto a pesarme para comprobar que era verdad, pero luego he decido no estar tan eufórica. El recuerdo del atracón de antes de ayer me ha hecho recelar de lo conseguido.

Hoy, sábado por la mañana, estoy sola en casa. Nunca ha habido peligro de ataque a la nevera por la mañana, sólo por tarde, pero hoy tengo cierto susto. He desyunado igual que cada día, pero al tomar el café, he sentido un no sé qué. Entonces he empezado a pensar en el porqué llevaba tanto tiempo sin recaer y me acordé otra vez de mis recursos, recursos ante la falta de fuerza de voluntad, recursos ante los engaños de la mente.

Mi principal recurso es la "disciplina de agenda". En el trabajo siempre he obedecido a la agenda, jamás improviso. Soy fans (no tengo claro cuál es el singular) de las reuniones a primera hora de la mañana o de los lunes. Creo que, serenamente, cada persona o cada equipo de trabajo, debe analizar las tareas que se tienen y las prioridades y, acto seguido, decidir cuánto tiempo debe de ocupar cada asunto. Como ya le hemos dedicado una hora o lo que sea a ordenar la agenda, luego ya no se piensa, se obedece a la agenda, porque el tiempo que hay que dedicar a cada asunto ya se ha valorado por las personas del equipo. Si una reunión debe terminar a las 12, termina a las 12, porque hay que dedicarse a redactar el informe de otra cosa. Si hay algo que tenga que alterar la agenda se valorará y se revisará de nuevo la agenda para reprogramarla. Pero se la obedece. No espero que se esté o no de acuerdo con esta idea, sólo trató de explicar lo que es el concepto para mí para poder entender como lo he trasladado al asunto de las comidas.

Así que, cuando me he asustado con el café en la mano, me he tirado al papel y al bolígrafo y he redactado mis tareas a realizar durante la mañana hasta que vuelva mi marido. Me he relajado y aquí estoy, obedeciendo a mi agenda. Terminaré el post más tarde, se acabó el tiempo que le he destinado... lo mismo algún día tiro la agenda.

Retomo el post por la noche. Un buen día descansando y comiendo pensando en la que me espera mañana. Preparo la mochila y a dormir... qué nervios!

viernes, 29 de noviembre de 2013

Mi primer dorsal 29.11.13

Ayer por la tarde caí.
Pero me levanté enseguida... bueno tardé un ratito.
Y ¿por qué? Supongo que porque me estaba viniendo abajo en mi vida en general (sólo un poco), pero me afectó.
Tampoco me caí mucho, un poco de pan con cola-cao y unos frutos secos.
Luego llegó mi marido, no iba a contárselo, pero me derrumbé. Es un cielo.
Analizando con él la situación me hizo ver:
- No me daba un ataque de descontrol desde hacía un mes.
- La cantidad de calorías que había ingerido no eran para tanto.

Pero a mí lo que me preocupaba es lo que le preocupa a cualquier adicto, a cualquier fumador que lo ha dejado: Probar un cigarrillo. Es como si ahora mi cerebro hubiera aprendido que no pasa nada por descontrolarse un poco.

http://vivirparacomer.es/2013/11/26/lo-que-significa-estar-abstinente/

Dejo este enlace con el que he aprendido mucho. Palabras como atracón, ingesta compulsiva, debilidad, remordimiento o culpa no son ajenas a mí, pero algún día, no muy lejano, serán historia. Hay quien es obeso, pero no adicto y hay quien es obeso y adicto a la comida. Es como los fumadores, hay quien fuma durante muchos años y un día decide dejarlo y lo deja; y hay quien fumando tres años pasa un calvario para dejarlo, y cae y recae. A veces me parece muy duro, pero ya he tomado una decisión y no voy a dar marcha atrás.

Esta mañana me he levantado muy optimista, me he mirado al espejo y he dicho: nena, tienes menos tripa. Luego me he puesto unos pantalones y estaban muy sueltecitos. No sé lo que pesaré mañana sábado, pero estoy haciendo deporte y me lo noto en el cuerpo, vaya si me lo noto.

Este domingo tengo una marcha - carrera de 25 km, "De la Marmota" se llama. Mi marido dice que no necesitaremos las 6 horas que dan, que la haremos en cinco. Yo me encuentro bastante bien, las piernas firmes y el corazón respondiendo los últimos días que he salido a correr-andar. Ya he preparado los calcetines y las zapatillas mágicas, el buff, el gorro y la mochila. Ya me veo corriendo por esos montes como Viggo Mortensen y Orlando Bloom.



La victoria está cerca, la de todos.


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Cuentos para adelgazar 27.11.13

Hoy me encuentro un poco sin saber a dónde ir, sin saber cómo continuar y sin saber qué pensar. No sé, debo tener un día rojo.

"¿Conoce usted esos días en los que se ve todo rojo?
¿Color rojo? Querrá decir negro.
No, se puede tener un día negro porque una se engorda o porque ha llovido demasiado, estás triste y nada más. Pero los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe porqué."


Parece un poco tremenda la cita (Desayuno con diamantes), pero es que me gusta mucho. No, no tengo un día rojo, ni negro, ni nada. Pero ayer empecé a desesperarme un poco leyendo consejos para adelgazar. Alimentos que son termogénicos o no sé qué, alimentos que ayudan a que las grasas se "disuelvan". Adelgaza el limón, el zumo de naranja, adelgazan las semillas de lino, de sésamo, de amapola, las pipas de calabaza y las de girasol, los frutos secos y las grasas como el aceite de oliva o el aguacate, las sopas de tomate y las de cebolla, adelgaza la neuroprogramación, los plátanos, las algas, el picante, las acelgas, los yogures...

¡Qué pareeeeeeeeeeeeeeeeeen!

Dios, si todo adelgaza, si todo es bueno, ¿por qué estoy gorda, por qué no adelgazo?

Al final parece que es que soy tonta, ¿o es que tengo un cuerpo raro?

Luego he leído unas palabras de Fernando Sartorius, es un entrenador personal de Los Ángeles, creo, que entrena a las celebrity (no sé si se escribe así) y que tiene publicado un libro que a mí me gusta releer "Tu entrenador personal". Y dice el buen hombre:

"Cuatro factores explican por qué las mujeres tienden a engordar
más que los hombres:
- las hormonas femeninas,
- tener menos músculo,
- una dieta desequilibrada,
- falta de ejercicio.
El primer factor es lo que determina que una mujer sea mujer. Siempre llevará
más grasa que un hombre, por más que se esfuerce. Ahora bien, la incidencia
de los tres factores restantes depende de cada una."


Y he seguido pensando: pues muy femenina sí que soy, músculo y ejercicio estoy en ello y la dieta la estoy equilibrando divinamente. Ah, pues eso es que tengo que esperar un poco más de tiempo. ¿Más? A ver el peso del sábado.

Luego oí en la televisión a un médico que indicaba que la grasa corporal produce unas hormonas (no sé si es correcta la forma en que cuento lo oído). Estas hormonas se autoprotegen impidiendo que su amiga la grasa se queme. Por eso hay personas a las que les es difícil empezar a quemar grasa. Pero que hay que perseverar hasta que las hormonas esas deciden no autoproteger a la grasa.

Más tarde leí otro artículo en el se recomendaba escuchar al cuerpo antes de comer. Si le escucháramos analizaríamos si tenemos hambre o no, lo que necesitamos en realidad ??????¿¿¿¿¿¿¡¡¡¡¡¡¡!!!!!!!! Estos no han escuchado a mi cuerpo, éstos no saben lo que es un cuerpo pidiendo comida.

En ese momento... en ese momento... en ese momento me dieron ganas de dar un golpe, fuerte, muy fuerte. Pero me contuve.

Y aquí sigo resistiendo numantinamente, enfrentándome a Roma una y otra vez:
"Cuando el imperio romano caiga, se oirá un grito de libertad como nunca se ha oído." (Judá Ben Hur) El día en que me enfunde en una 36 gritaré, gritaré y gritaré.

Por todo lo demás... soy feliz.

Hasta mañana.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Volando por el Manzanares 24.11.13

78.3 kg.

Este es el peso del sábado por la mañana, no he llegado a los 77, pero parece que me acerco. A ver la semana que viene si me llevó una alegría.

Para festejar el peso, y teniendo en cuenta que nos habían invitado a comer, decidí hacer algo de deporte por la mañana: 14 kilómetros andando, desde mi casa hasta el trabajo de mi marido. Fui por toda la ribera del Manzanares. Da gusto ver a tanta gente paseando, montando en bicicleta, patinando... Hacía mucho frío, pero el cielo estaba tan despejado, tan azul. Era un día divino. Empecé suavecito y poco a poco llegué a ir bastante deprisa, para mí, claro. En un momento dado tengo que atravesar el parque "Tierno Galván" . Oí unos pasos y me adelantó un señor a buen paso y me dije, yo le sigo. Casi me desfonda, qué ritmo. Cada dos pasos suyos, yo tenía que dar tres y aun así tenía que esforzarme para que no se me escapara. Menos mal que se fue por otro camino del parque porque estuve a punto de decirle, paaaaaaare. Tardé dos horas y diez minutos, así que me quedé muy contenta.

Pero, como no todo pueden ser alegrías, llegó la fiestecita del sábado. Una lata de cerveza, dos vasos de vino, dos copas de cava y un cuba-libre. La comida no fue mejor, empezó con un apertivo de dos trozos de pan, cuatro o cinco mejillones y unos cuantos boquerones en vinagre. La comida consistió en morcilla (riquísima), picadillo de chorizo, magro de cerdo con tomate (espectacular) y gachas de almortas con su choricito y su pancetita (estuve a punto de chuparme los dedos). La verdura y la fruta habían perdido el tren y no consiguieron llegar a la fiesta. Fue una gran tarde.

Y hoy domingo me he comprado unas zapatillas de deporte para la carrera que tengo el domingo que viene. Ya tenía unas que me van muy bien pero en la carrera tendré que pasar por zonas húmedas, incluso pasar riachuelos, así que mi marido ha pensado que necesito algo con goretex. Nos hemos ido al Rastro y son preciosas.

Hasta mañana.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Volando en Pilates 21.11.13

Ayer fue el día.

Con agujetas de la clase de Pilates del lunes y la carrerita nocturna del martes, me presenté el miércoles en la clase de recuperación. No conocía a las compañeras, las miré y las vi algo mayores y no tan delgadas como las del lunes. Bien, pensé, nos dedicaremos al suelo. Al ver la altura a la que estaban colgados el columpio y los estribos volví a decir: bien!!!! A esta altura no nos podemos colgar.

Mi gozo en un pozo. ¿Algo mayores? Se retorcían como alambres. Empezamos a sudar en el suelo. Hubo un momento en que le pregunté a la profesora que porqué no descansábamos un poco entre ejercicio y ejercicio, incluso entre serie y serie. Me contestó que no me quejara, que el profesor de la mañana aún permite menos descanso que ella. Pues nada, seguí sudando.

A la mitad de la clase nos dijo: subid el columpio dos nudos. ¿??????? ¡!!!!!! Ha dicho subid. Pues sí, allí me vi sentada en la hamaca esa y escuchando a la profesora decirme que hoy sí que me colgaba. Lo intenté yo sola, pero no podía, es que es difícil matarse a uno mismo. Así que se me acercó, me hizo subir las piernas y grité: no, no, que me voy a caer. Si es que estás muy nerviosa. No, le dije, estoy histérica. Pues relájate. Yo ya no tenía fuerza en los brazos, pero obedecí, no sé muy bien porqué. Y de repente... magia, estaba colgada cual jamón en el secadero. Desde allí abajo le pedí que me hiciera una foto porque si no, nadie se lo iba a creer.

Yo me quedé ahí, pero las demás hicieron luego la postura de la escuadra, luego la de la pinza y luego la de la gamba, por si alguien tiene interés en verlas. Creo que el próximo día, quizás consiga llegar a la escuadra. No sé, creo que me gusta.


Y aquí estoy, pasando más miedo que vergüenza.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Pilates para voladores 20.11.13

78.4 kg

Ayer martes ya pesaba este medio kilito menos y esta mañana he visto que sigue ahí el mismo peso. No consigo el no pesarme. Ayer me acerqué a la báscula por la tarde, sí por segunda vez y, claro, con este trajín, pues ya no tenía pila ¡qué disgusto!

El lunes tuve clase de Pilates aéreo. Hasta ahora lo aéreo significaba a ras del suelo, pero la profesora ha decidido que volemos. No daba crédito. Después de atormentarnos con ejercicios para los brazos y las piernas, nos indica que nos subamos al columpio (yo le hubiera llamado hamaca). Estaba demasiado alto y yo no podía, me agarraba por un lado y perdía el equilibrio hacia el otro. La profesora tuvo que cogerme de mala manera hasta conseguir sentarme. Y allí me quedé, porque el miedo me invadió y dije que yo no enrollaba los pies en esa tela ni me tiraba hacia el suelo. Había que ver a las demás, no sólo cómo se colgaban, sino cómo se daban la vuelta y quedaban suspendidas a modo de ángeles.

No puedo contar lo que hice para bajarme de allí. Bajada ya pensaba que todo había terminado, no, no, era una ilusión. Ahora, con el columpio un poquito más abajo, había que subirse a él, pero de pie!!!!!!?????? El primer pie lo subí, el segundo era otra historia. Cada vez que conseguía poner los dos en el columpio, me caía por el otro lado. Ya decidí mirar pero desde el suelo. Y ¿qué vi? Pues vi a unas lindas señoras que, subidas de pie en el columpio, se quedaban como en cuclillas, enrollaban los pies en la tela, no sé cómo, y se dejaban caer hacia el suelo. Una de ellas, como si de un pájaro en una rama se tratara, le dijo a la profesora: "ayúdame, dame un empujón, que es que si no, no me atrevo" Y la profesora le dio un pequeño empujón y la otra hacia el suelo que se fue, con sus pelos colgando.

Yo no sabía dónde meterme.

Por fin acabó aquello y seguimos haciendo cosas... en el suelo, lo normal.

Ayer martes, un poco agujetosa, salí a correr 25 minutos. Estuvo bien, me sentía fuerte y con energías.

Y hoy... otra vez Pilates.
foto: binomio-ocio.com

lunes, 18 de noviembre de 2013

Es usted muy pesado, señor 8 (18.11.13)

78.9 Kg.

No ha sido muy gratificante la visión de esta mañana. Pero no le voy a dar importancia. El viernes bajé a los 78.6; el sábado subí a los 78.9 y ayer domingo volví a estar en los 78.6 y hoy de vuelta a los 78.9. Yo creo que hay un imán o algo parecido en la báscula.

Me he portado bien este fin de semana, no ha habido deporte, tan solo algunos paseos. Ayer, por ejemplo, desayuno, almuerzo, comida y merienda fueron muy correctos. Pero a la hora de la cena salimos a un restaurante. Comí unos escalopines de solomillo de cerdo, tres pimientos del padrón y medio tomate. Había patatas fritas y tomé tres. ¿Dónde está el problema? Supongo que en la salsa "Reggio Emilia" que parece ser una crema de champiñones que sirven en La Tagliatella. Todo ello fue regado con un cerveza sin alcohol.

No obstante tengo que decir que tengo menos cintura, que me veo más delgada en el espejo y que hay ropa que me queda más holgada.

Engordamos porque llevamos una vida sedentaria y una mala alimentación, pero supongo que no es suficiente sólo con empezar a hacer deporte y comer sanamente, al menos hay que tener paciencia. La tendré.

Quiero ir a que me pese la enfermera esta semana o la siguiente, pero quisiera ver el siete en mi báscula. La última vez que fui pesaba algo menos de 81 y, como eso eran dos kilos menos que hacía algo más de un año, se emocionó. Yo no lo entendía muy bien, pero me comentó que, como con la edad se tiende a engordar, pues es bueno ver a una mujer que con la edad tiende a adelgazar. No supe si alegrarme o lanzarle rayos y centellas con los ojos. ¿Qué quiso decir con lo de la "edad"? ¿A qué "edad" se refería? En fin, supongo que si voy con dos o tres kilos menos y con más "edad" pues me harán una fiesta en el centro de salud.

Hoy empieza la nueva semana después de unos días de mini vacaciones que me han permitido rutas por la sierra de Madrid... y comer alguna cosa de más. Dos días de Pilates, dos días de running y 14 kilómetros de marcha el sábado, así como la ausencia de fiestecillas, supongo que conseguirán que baje otro poco esta semana; ¡qué la pobre enfermera vea que sus consejos nutricionales sirven de algo!

Hasta mañana.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Váyase señor 8, váyase 15.11.13

78.6 kg

Me he levantado, he ido convenientemente al baño, me he puesto las manos en jarras en la cintura y, mirando cara a cara a la báscula, he pensado: cómo se nota que tengo menos tripa, hoy triunfo. He tenido un momento de derumbe... sólo unos dos o tres segundos. Luego he tenido otro de mala leche... diez o quince segundos. Después he mirado a mi marido y le he espetado: "pues no lo entiendo, he comido bien, he hecho mucho deporte por qué peso 100 gramos más que el viernes pasado?" Y me ha contestado:

- Como el cuerpo retiene unos días más que otros y más vosotras con vuestras hormonas pues a lo mejor hoy es el día de pesar más. (Hoy... no ayer ni mañana.... hoy) (Y, con lo de las hormonas.... qué ha querido decir exactamente?)
- Puede ser que, como has empezado en serio con el ejercicio físico has creado músculo y eso pesa... !!!!!!!!.....???????

(Gritando) Me c... en las hormonas esas, en el deporte de las narices y en la madre que parió a Panete.

Pasado el soponcio he meditado:
-Qué he comido de mal esta semana? El domingo pasado, para comer, tomamos sushi, quizás demasiado pero demasiado de pescado crudo, verduras al vapor, algas y arroz blanco, por favor, qué banquete digno de una bacanal romana! Y ayer para comer (en Las Cuevas de San Esteban en Segovia) tomé crema de langosta de primero y caldereta de cordero de segundo. Sí, sí, horroroso, a saber lo qué llevaba la crema, natas, patata o yo qué sé, me pareció de mala educación preguntarle al camarero. La caldereta era una obra maestra y me dejé las patatas. No tomé postre, ni merendé y para cenar sólo un yogurt.
-Luego he pensado que quizás mi marido no esté tan desencaminado. Es verdad que ayer no bebí prácticamente agua lo que, junto con la sal extra del restaurante, implicaría alguna retención de líquidos y si es verdad lo de la musculatura que pesa "tanto" pues la semana que viene la bajada será mayor.

He tomado dos decisiones:
1- Medirme la cintura. He usado el metro de la costura y he comprobado que no es un metro normal pues se me queda corto... eso es que se equivocaron al fabricarlo. Como no tenía otra cosa he apuntado un metro exacto de lado a lado del ombligo; es decir, un metro más un ombligo. La medición no me parecía correcta, así que he decidido meter tripa midiendo en este caso 96 centímetros. Esta medida me ha convencido más.
2- Pesarme todos los días y me da igual si se me gasta la pila de la báscula.

Deseando perder de vista a señor 8, hasta mañana.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Adelgazar y la montaña 14.11.13

?Cansada? No, lo siguiente.

Ayer, miércoles 13 de noviembre, salíamos de Madrid, camino de la sierra, hacia el macizo de La Pedriza. Ojetivo: llegar al nacimiento del río Manzanares y coronar el pico de La Maliciosa. Sólo son dos mil doscientos veintisiete metros, pero, para mí, como si fuera el Everest. Escribo el recorrido de 17, 350 km por si alguien conoce la zona:
- Salida desde el aparcamiento del puerto de Navacerrada al alto de Guarramillas. Unos 416 metros de desnivel de subida, para empezar. Aquí tardé más de una hora. Mi paso no era lento, era cansino.
- Por el PR18 hacia el nacimiento del Manzanares y bajada por el río hasta el puente de la pista de las zetas, que no sé cómo se llama.
- Subida al collado de Valdepastores.
-Subida a la Maliciosa Baja.
-Subida a la Maliciosa Alta. 346 metros de desnivel de subida en sólo 500 metros. ?Para qué? En un momento dado dije: !dónde me he metido! Pero ya estaba metida. Eso era una pared, fue medio kilómetro subiendo escaleras, solo que cada escalón era una piedra que se amenizaban con raices, viento, sol.
- Bajada al collado del Piornal y subida a Guarramillas. Esta última subida de casi una hora ya era por fastidiar y, si de fastidiar se trataba, la niebla apareció. Ahora tenía frío y se mojaba la ropa.
-Bajada al puerto de Navacerrada.

Despues de 7 horas y media sólo tenía las fuerzas justitas para llegar al bar del puerto, el Dos Castillas, una institución en la sierra. Caldo y pincho de tortilla. Parece que me había repuesto, pero no debía ser así porque cuando bajé al servicio entré en el de los chicos y sólo me di cuenta al salir y ver los urinarios de las paredes. Me dió un poco de verguenza, pero, cómo no había nadie, salí corriendo... corriendo... salí cojeando, quiero decir. Mi cerebro estaba espesito.

Espero que todo sirva de algo. En primer lugar para estar saludable y, supongo, que conllevará el adelgazar.

Escribo desde la cama antes de arreglarme, hoy tenemos ruta turística. Hay que aprovechar la semana de vacaciones.

Hasta mañana.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Subiendo las montañas 11.11.13

He decidido que, como el viernes pasado me fue también, pesarme sólo lo viernes. No sé si conseguiré acercarme a la báscula tan sólo una vez a la semana, pero lo intentaré.

Ayer domingo estuvimos en la sierra de Guadarrama, en La Pedriza. 17 kilómetros sube que te sube y baja que te baja. Llegamos al nacimiento del río Manzanares, al Ventisquero de La Condesa, nombre que debe de venir del muchísimo viento que allí hacía. Empezamos la ruta a las 10 de la mañana, yo iba tan contenta, tan jovial, saltando de piedra en piedra con una agilidad que ni las gacelitas, pero a las cuatro horas ya no podía ni con mi alma y mi marido queriendo llegar al nacimiento de las narices, del río de las narices. Aquello ya era suficientemente bonito y parecía bastante nacimiento, pero hubo que seguir otro poquito como si fuéramos a ver algún portal de belén que indicará que aquello era el nacimiento. Si es que allí sale agua de todas partes, pues aquí mismo nace, que más da, decía yo. Creo que no decía nada, sólo lo pensaba, es que estaba muy cansadita.... había que volver. Y por fin iniciamos la vuelta, por un camino distinto, era menos pedregoso que la subida porque había bastante trozo de pista y luego camino mullidito de hojas de pino. Yo ya me reía por todo, qué tre horitas de bajada. Los muslos no sé si estaban doloridos o es que ya no estaban. La planta del pie, la planta del pie era ciencia ficción. Menos mal que no tuve ampollas. Cuando llegamos al coche, a Canto Cochino, yo sólo quería irme a casa, siete horas andando, pero mi marido se empeñó en entrar en el bar a tomar una cerceza, había que reponer líquidos. No pude negarme, si es que no podía hablar. Una sin alcohol, dije. La verdad, qué rica. Habrá que comer, pues habrá, le contesté. Un pincho de tortilla trajo, con su cebollita y su pancito. Yo no tenía hambre, pero conforme fue entrando comida de la de verdad, qué alegría empezó a entrarme, no mucha, pero alguna.

Hoy estoy bastante bien, pensaba tener super agujetas, pero no ha sido así, sólo he estado un poco como dolorida por todas partes, pero al final del día ya no noto nada.

Supongo que podré aguantar la marcha que tengo el 1 de diciembre de 25 kilómetros. Si he podido con 17 subiendo por piedras a una montaña, pues 25 por pistas más o menos llanas... Creo que sí.

Hasta mañana.

viernes, 8 de noviembre de 2013

El senor 8 no se va 8.11.13

78.5 kg.

Ya tengo la fotografía del peso de hace dos días, pero no la voy a subir. ¿Por qué? Porque ahora tengo otra con 400 gramos menos!!!!!! ¿Qué es lo que pasa? ¿Tan bien lo estoy haciendo todo, la comida, la actividad, el sueño?

Pero tengo que estar alerta, la señora Ansiedad acecha para que que me coma el frigorífico entero, está acostumbrada a vencerme y se regodea diciendo que puede conmigo cuando quiera. Pero te conozco, sé que atacas cuando estoy sola, cuando he desorganizado las comidas y llego con hambre a la tarde, cuando no tengo nada que hacer después del trabajo. No vas a vencerme, porque, aunque un día me sorprendas por la espalda, aprovechando mi debilidad, no ganarás ni tan siquiera la batalla, porque no me sentiré culpable, no me sentiré miserable; pasará el momento del descontrol, me levantaré y te miraré a la cara para decirte: no me has humillado, no puedes conmigo.

¡Uy, qué desahogo!

Escribo mi menú por si a alguien le viniera bien:
- Desayuno: rodaja de melón (ya no quiero más melón, qué hartura), tostada de pan integral con aceite y jamón ibérico y yogurt con miel, 8 frambuesas y avena. Café.
- Media mañana: 10 almendras, un higo seco y queso fresco. Café.
- Comida: lentejas con zanahoria, brócoli y una costilla (snif, snif, estaba tan sola la pobre costilla...) Una manzana.
- Merienda: Otra manzana y loncha de jamón cocido.
- Cena: salmón hervido, una patata y brócoli hervido. Un cachín de pan.
- Precama: onza de chocolate negro.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Hola señor 8, encantada 6.11.13

78.9 kg

He cogido aire, lo he soltado todo, todo, hasta que el ombligo se ha pegado a la espalda, me he subido y he mirado hacia abajo. No me lo he creído. Me he bajado y he vuelto a subirme, ahora sin encogimientos estomacales. Lo mismo... ¿Lo mismo? Sí, sí, lo mismo 78.9 kg. Cooooooorre a por la cámara. Me he pesado con ella, sin darme cuenta que su peso podría arruinarme la linda mañana. No ha importado, 78.9, setenta y ocho con nueve, siete, ocho, nueve, trescientos miiiiiiiiil euuuuuros.

Así que ésto es lo que se siente cuando te toca el gordo de Navidad. No está mal, me gusta.

Mi marido me ha dicho que no hiciera una fotografía, que cuando llegara a los 75. ¿Qué no haga una foto? ¿Qué no fotofrafíe al señor 8? ¡Uy! lo que ha dicho. En realidad no sé muy bien lo que decía, yo no le escuchaba. Ha apuntado mi peso en el calendario y me ha dado un beso de enhorabuena.

Escribo mi comida de ayer:
- Desayuno: rodaja de melón, tostada de aceite y jamón ibérico, yogurt con mermelada, frambuesas y avena. Café.
- Media mañana: 10 almendras, 10 uvas y queso de Burgos. Café.
- Comida: lentejas con verduras y dos costillitas. Dos higos. Café.
- Merienda: dos lonchas de jamón cocido.
- Cena: tortilla francesa de dos huevos con atún cocido y ensalada de hojas obscuras, tomate, cebolla y patata hervida. Un trozín de pan.
- Precama: onza de chocolate negro.

Dos litros de agua, escaleras arriba, escaleras abajo, anda que te anda...

Y ¿dónde está la linda fotografía? Pues resulta que no puedo pasarla del teléfono al ordenador... no lo entiendo. A ver si la pongo luego.

Hasta mañana.

martes, 5 de noviembre de 2013

Otra vez camino del 8 (5.11.13)


79.4 kg.

El lunes vi el 8, pero donde no debía. El 80.1 kg casi me produjo un desmayo. Nunca más, pensé, nunca más me dejaré llevar por los fines de semana, ni por las temidas comidas familiares, yo estoy a lo que estoy, estoy a adelgazar y estoy a hacer deporte. Es mucho sacrificio durante la semana, mucho pensar en lo mismo, mucho beber agua, mucho no comer lo que querrías, para luego darle una patada en 48 horas. No se puede salir a correr o a andar al día siguiente si has comido mal, el cuerpo no responde, las piernas no quieren moverse y el corazón se acelera.

Ayer comí escrupulosamente, nada de más, ni nada de menos y el cuerpo respondió. Una hora de Pilates y una hora caminando hacia casa. Subí todas las escaleras del metro y también las bajé. Y hoy, mi cuerpo ha respondido. Espero con todas mis energías continuar así, con esta nueva mentalidad. Tengo una marcha el 1 de diciembre de 25 de kilómetros y la raclette no va a ir a hacerla por mí.

Os cuento lo que comí ayer:
- Desyuno: rodaja de melón, tostada con aceite y jamón cocido, yogur con muesli y frambuesas y café.
- Almuerzo: 10 almendras, 10 uvas, queso fresco y café.
- Comida: atún hervido, brócoli hervido y quinoa y manzana. Café (me está hastiando el café)
- Merienda: jamón cocido y papaya.
- Cena: atún hervido (un cachín) y un poco de ensalada.
- Precama: onza de chocolate negro.

Hoy estoy agujetosa, no me he levantado mal, pero a lo largo de la mañana las agujetas se están apoderando de los pectorales y los glúteos. El Pilates me va a poner divina. Aquí os dejo mis calcetines para no escurrirme en clase.



Hasta mañana.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Qué no me peso, qué no 3.11.13

00.0 kg.

Mi último peso han sido los 79 kilos el viernes por la mañana. ?Que pesaba ayer sábado? Pues no lo sé y no quiero saberlo. La comida familiar de los Santos, no estuvo mal, pero:
- Desayuno y media mañana divinos. Entre medias 10 kilómetros de caco, CAminar-COrrer.
- Aperitivo: Aquí ya estaba la familia, si no de qué me voy a tomar un aperitivo. Dos culines de vino (culines de vaso de vino, no de vaso de sidra, lo digo por la zona cántabra de España), dos sardinillas (saladas como perros), tres trozines de pulpo (de lata, claro) y dos o tres patatas fritas... Ah, y un trozo de pan.
- Comida: Cuatro culines de vino (el vino era bueno), tres lonchas de queso de raclette, dos patatinas, no llegaría a 100 gramos de carne de solomillo de cerdo, dos trozos de brócoli y un cucharón de ensalada (lechuga obscura, tomate, cebolla y me tocarían un par de aceitunas). Un trozo de pan. Ah, dos trozos de morcilla de arroz. Bueno, ahora que lo escribo, no parece tan mal. Postre... un trozo de tarta... un trozo de grasa saturada con forma de tarta (sí, así es más correcto). Café... con canela jijiji. Creo que estoy consiguiendo dejar las cuatro o cinco cucharadas de azúcar diarias.
- Merienda: Aquí fue la hecatombe. Dos chupitos de crema de orujo y dos cubatas, uno con coca-cola light y otro con normal. Y, claro, si bebes, el cuerpo pide grasa, así que me acabé la bolsa de patatas fritas, solo era un puñado, y otro trozo de "tarta".
-Cena: Nada, corrí a la cama.


Así que el sábado dije -Nena, ni te peses, ni mires la báscula. Allí la dejé, debajo del lavabo; me llamaba, pero me resistí. Pasé la mañana en el sofá, me encontraba débil. Pienso que cuando comes mal no es por lo que comes, sino por lo que dejas de comer. Dejé de comer mínimo dos piezas de fruta, dejé de comer verduras, dejé de comer pescado, en fin, dejé de comer vitaminas, minerales, cosas que el cuerpo necesita, y las sustituí por crema de orujo. La comida fue de retalitos de la fiesta, menos de queso, claro. Brócoli, solomillo, morcilla y una patatina con ensalada.

No merendé... en casa, porque nos fuimos a pasear y terminamos en un bar con una copa de vino y una tapa de... salchicha, de esas marrones y finas. La miré, la volví a mirar y me dió pena, pobrecita, me la comí.


La cena, no sé si estuvo mal o bien. Comimos sushi con mucho wasabi y ensalada de algas... y otro vaso de vino y TRES CHUPITOS DE CREMA DE ORUJO. Pensé, este hombre me quiere emborrachar. Está tan dulce, tan rico.

Así que hoy, domingo, escribo desde la cama, mientras mi marido se ha ido a correr. Cuando llegue nos iremos a hacer deporte los dos. Luego nos vamos a comer fuera, los dos solos, así que no hay peligro. Me levanto para desyunar en condiciones antes de que regrese.

Y no, hasta mañana no me peso.

Un beso a todas las que luchan como pueden, patas arribas, con los dientes, con la deseperación y con el buen humor. Vamos a vencer.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Dónde estás señor ocho? 1.11.13

79.0 kg.

!Qué momento el de la báscula de esta mañana! Me he levantado, he ido al baño...importante antes de pesarse, aunque me de vergüenza el decirlo y !Ta- chan, ta-chin, ta-chon! 78.9 kg.
He corrido (bueno, en un pisito lo de correr es un decir), he ido con energía a buscar el teléfono, la cámara de fotos, y he vuelto a subirme en la báscula con cuidado de dejar el smartphone encima del lavabo hasta que la báscula digital marcará el peso, es que no sé lo que pesa el dichoso aparatito. Y, cuando miro hacia abajo... 79. - No, no, señora báscula, que se ha equivocado usted, hace treinta segundos me dijo 78.9. Me bajo, le doy con él pie varias veces hasta que vuelve a cero y, cogiendo aire y subiéndome a ella como si estuviera levitando, he vuelto a mirar hacia abajo... 79. Reconozco que se me ha pasado por la cabeza el matar a la basculita digital.

Segundos después he pensado que bajar desde ayer 200 gramos, está muy bien. Luego he empezado a hacer cuentas. Un kilo y medio en veinte días, más o menos eso son dos kilos al mes, algo más, pero por afianzar el peso. Eso supone 24 kilos en un año... ??????????

 Mare mía! Dios bendito! Mare del amor hermoso!!!!!!!!!!! La temporada otoño - invierno del 2014 me la voy a pasar en El Corte Inglés, pero no en "Talla moda" no, no, en la planta joven. Ya me veo con esos vaqueros, con esos vestiditos super entallados...

Toc, toc.- ? Quién es ? -Soy la cruda realidad. -Ha, pues yo no te he invitado. - No, no bonita, si es que estoy aunque tú no quieras. - Ahhhh, bueno, vale, ya sé que esto va a ser difícil, pero dame un poquito de ilusión. Y me la ha dado: Diez kilómetros en menos de hora y media por el monte, suda que te suda. Andando y corriendo las cuestas abajo y cuando llegaba un llanito, se oía la voz de mi marido: ésto prácticamente es una cuesta abajo. Cuánto odio puede salir de mi mirada. Pues nada, a correr trotonamente.

Y para celebrar tanto entusiasmo... la familia viene hoy a comer a casa. Y, por hacerme un favor para que no tenga que cocinar, pues traen raclette. ?Raclette, habéis dicho raclette? La cagó seguro (perdón por la expresión, pero creo que define muy bien mi sentimiento) He cocido brócoli, haré ensalada, pero la cagó... han traído tarta y crema de orujo y coca-cola light... para hacernos cubatas.

En fin, el hombre propone y Dios dispone... y la mujer descompone jajajaja.

Hasta mañana.