sábado, 21 de septiembre de 2013

La dieta y las vacaciones. 21.9.13

79.1 kg.

Pues un poco desmoralizador sí que es. Llevo una semana de vacaciones. He engordado desde los 78.4 kg. que llegué a ver un día. Creo que no puedo considerarlo así, puesto que el peso no estaba consolidado. Lo que sí que parece es que, aunque no lo estoy haciendo bien durante estas vacaciones, no vuelvo a los ochenta y pico kilos. Es como si, lo que se hubiera consolidado, fuera el 9 de los 79 kilos. Cuando hace unos años adelgacé 10 kilos, no podía consolidar más de un kilo al mes. Me es frustrante, pero la verdad es que nunca volví a cogerlos.

A veces, cuando veo a la gente comer en los restaurantes, a diario, los menús del mediodía, no consigo comprender como no terminan explotando. Puede ser que tengan sobrepeso, pero, gordos no están. A mis compañeras de trabajo les sucede igual que a mí, tienen que comer muy poco para no engordar, a la que se pasan con cualquier cosa, ya lo notan al día siguiente. ?Qué hacemos mal? La gente que está delgada, ?es simplemente porque comen muy poco. Si un día comen más al mediodía por compromiso, ?luego no cenan, ayunan al día siguiente? Me temo que sí.

Y ?cómo se sobrevive a las vacaciones? Parece obligado el salir a comer o a cenar a algún restaurante. ?Qué vas a comer, brócoli con pollo hervido y aceite crudo por encima? Un día he comido costillas de cerdo a la brasa con ensalada. No hubo ni postre. Otro día comimos pizza. !Por Dios! la masa la hicimos nosotros con harina sin refinar, la salsa de tomate era casera y, evidentemente, no tenía ni una sola grasa saturada. Otro día he comido arroz caldoso y pollo asado. Todos estos platos estaban en la dieta de la enfermera, pollo con arroz, cerdo con ensalada, bueno, el queso de la pizza, no. En fin, supongo que las cantidades son las inadecuadas; la verdad es que no podía comer cinco veces al día y eso es porque estaba comiendo demasiado.

Y ejercicio, pues nada de nada. !Ay!

A pesar de estar de vacaciones, seguiré escribiendo.

Hasta mañana.

sábado, 14 de septiembre de 2013

?La dieta no funciona? 14.9.13

78.7 kg.
!Ayyyyyy!
!Jooopelines!

Ayer no escribí, fueron 100 gramos más, y hoy 200 gramos. Total, 300 gramos más que el jueves. !Qué obsesión, no? Pues sí, un poco.

?Qué estoy haciendo mal?
- En principio parece que todo funcionaba bien, pero he cambiado el yogurt de media mañana, del almuerzo, por un cachito de queso de cabra. Y digo cachito porque cachito ha sido los dos días. Es verdad que en el yogurt pone 48 calorías y en el queso 80. Pero, !por Dios bendito!
- En fin, he vuelto a introducir las cucharadas de azúcar en mis tres cafés diarios. 16 calorías por 3, igual a 48 calorías.
- Tanto el jueves como el viernes, en la merienda me entró un poquito de ansia, no era ansia viva porque pude contenerme, pero ansia fue. A mi cachito de pan, mi fruta y mi loncha de jamón cocido o ibérico le sumé otro trocito de queso fresco de cabra. Como es fresco no serán las 80 calorías del de por la mañana, pero las 60 no se las quita nadie.
- El jueves fueron dos vasos de vino a diferencia de otras noches que sólo es uno. De todas formas, los vasos de vino de mi casa son culines (véase el tamaño de un culín asturiano).
- El jueves no fue una onza de chocolate, sino dos antes de acostarme. Cada onza son 50 calorías.
- No he andado nada más que de casa al metro y del metro al trabajo.

Pues parece que los 300 gramos van a salir de algún sitio. "Mea culpa." Bueno, de culpa nada de nada. Yo ya he aprendido que no hay que sentirse culpable; el problema es que no tengo recursos y tengo que buscarlos como puse en el post del día 3 de septiembre. ? Qué ha pasado esta semana? Pues que no los he usado:
- No me organicé las tareas de por la tarde.
- Compré quesos y no debí hacerlo.

Fundamentalmente, creo que estaba agobiada porque no sabía lo que iba a hacer durante unos días que tengo de vacaciones. Cualquier tontería es buena para encontrar la escusa.

Ya contaré como consigo contenerme durante las vacaciones. ?No voy a tomarme una copa? ?Una barabacoa? !Pues no que hay gente que te dice que la barbacoa sea de verduras! ?Y el chorizo, y las chuletillas de cordero? Bueno, yo creo que lo importante es que haga deporte, que tenga actividad física y que las raciones sean moderadas.

Prometo seguir escribiendo.

Hasta mañana.

jueves, 12 de septiembre de 2013

La dieta y el dinero 12.9.13

78.4 kg. ¿Será verdad que estoy bajando de peso?

Tengo que tener mucho cuidado el fin de semana.

Esta mañana, al mirar el peso en la báscula pensaba en el dineral que me ha costado producir y mantener tanta grasa; hay que comer mucho y mal, es muy caro comer mal.

Desde el carrito del supermercado puede parecer más barata la comida precocinada que la fresca. ¡Hay que ver la cantidad de productos congelados que hay por un euro! Y no sólo raciones más o menos individuales; ayer llegué a ver una pizza familiar. También nos parece que todos estos productos tienen mejor sabor que el que nosotros sabríamos darle cocinando. No es verdad, es que nos hemos acostumbrado a ellos y olvidado los tradicionales. Además, no tenemos porqué cocinar recetas complicadas; si nos gustan podemos dejarlas para los días de fiesta, nunca a diario.

Hemos acostumbrado a nuestros hijos a comer diariamente como en un restaurante. Las personas con mucho dinero no hacen eso. De hecho la obesidad es, en general y hoy en día, patrimonio de las clases menos favorecidas. Antes eran las personas adineradas las que padecían de obesidad, de gota o de colesterol. Tenían acceso a toda la comida que quisieran, carnes rojas y quesos a diario, marisco, bollería. Los pobres comían de cuchara, con poca carne y menos pescado, pero con patatas, frutos secos y de los bosques, leche de cabra o de oveja, legumbres y cereales: guisos, caldos, gachas, gazpachos... Eso sí, la fruta fresca les escaseaba, aunque sólo en las ciudades porque en el campo sí se consumía. Ahora la ciencia nos enseña a comer y son las personas adineradas las que más facilmente acceden al saber (a pesar de toda la información que hay) y han aprendido a comer. Los pobres nos hemos empeñado en comer mucho. Y, a pesar de tener dinero suficiente para comprar comida de calidad, lo que queremos es comprar mucho por poco dinero. Yo seguiré con mi cuchara en el convencimiento de que adelgazar es barato.

Mi recuerdo para quien en esta época de crisis económica no tiene dinero para la comida más básica y han de conformarse con lo que se les da. Demos a los bancos de alimento sólo comida de calidad, con todos sus nutrientes, con vitaminas. Que ser pobre no implique alimentarse con comida basura. Muchísimos besos.



La fotografía es de la página: http://eusebiofelipe.com

Hasta mañana.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Estar delgados y nuestra salud 11.9.13

78.7 kg.

Estoy supercontenta. Me he subido a la báscula un tanto desanimada, pero al mirarla... 200 gramos menos. Sólo llevo 1 kilo y 600 gramos, pero ésto es imparable.

Voy a contar algunas cuestiones de salud por las que hay que estar delgados.

1- Hace unos meses me hicieron una ecografía. Yo tenía geses, muchos gases, de esos que se instalan debajo de las costillas muy lejos de cualquier sitio de salida. No les di importancia, gases eran, pero iban y venían mensualmente, así que, por si acaso fui al médico, quien diagnosticó: gases. Pero, como seguían martirizando mi costado, la doctora decidió hacerme una ecografía.
Habían llevado un aparato de esos al ambulatorio de atención primaria y la médica acababa de hacer un curso de una semana, por lo que decidió practicar conmigo. Yo, aunque me daba cuenta de mi faceta de conejillo, no me importó, encantada de colaborar con el aprendizaje de nuestros médicos. Y allí me encontré, venga beber y beber agua, cuando aparecieron tres dcotoras: yo era el gran conejillo. No me ecografiaron la zona de los gases, me ecografiaron entera: los riñones, la vesícula, el bazo, los ovarios... y ... el páncreas; no el páncreas no pudieron. ¿Por qué? porque estoy gorda.
La ecografía es un sistema de fotografía mediante el sonido, la máquina lanza sonidos y, según reboten en un sitio o en otro, se forma la imagen, como el sónar de un submarino. Pero los sonidos viajan a una profundidad, a equis centímetros, parece ser que hasta un máximo de 20 cm, no más. Si estás delgada se pueden ver muy bien tus vísceras, si estas gorda no se ven. Para poder ver uno de los riñones ya tuvieron que meter la cámara entre las carnes haciéndome bastante daño, pero el páncreas... ese no hubo manera: "toma aire".- me decían mientras intentaban aplastar la camarita de las narices.
"El otro día vino una chica a la que se le veía todo perfectamente, estaba tan delgadita".
"¡Ah! ¿qué estoy gorda?".
"No, mujer, no, es que el pancreas es difícil."
¿Qué iban a decir? Tampoco es que ellas fueran sirenitas. Pero sí, estoy gorda y eso implica incluso problemas para diagnosticar enfermedades.

2- Hace unos años me practicaron una histeroctomía (extirpación del útero). Por asuntos que no vienen al caso, en plena camilla, a la entrada del quirófano, el cirujano dijo: "a ver si encuentro el útero entre tanta grasa."

Esto es una lucha contra una enfermedad, no es una problema estético, aunque a veces nos lo parezca, es la lucha contra una plaga que se ha hecho fuerte en nuestra sociedad y a la que vamos a vencer.

Aquí dejo la rueda que ayer comentaba para saber cuál es el peso correcto y el perímetro de nuestra cintura.

Hasta mañana.

martes, 10 de septiembre de 2013

Estoy adelgazando 10.9.13

78.9 kg. Super bieeeeeeeeeeeen!!!!!!!

Ayer no hice deporte, pero estoy bastante activa.

- Desayuno: fruta, tostada con aceite y jamón y yogurt con miel, canela, frambuesas y avena.
- Almuerzo: frutos secos y yogurt.
- Comida: pasta, verduras, surimi (error, es comida precocinada con conservantes y, por supuesto, sal refinada) y ciruela.
- Merienda: papaya, jamón cocido y pan.
- Cena: carne de ternera cocida, patata, zanahoria y sandía.
- Precama: chocolate negro sin harinas.

Hoy iba en el metro camino del trabajo. Había siete personas alrededor mío. ¡Tan sólo una estaba delgada! Luego entró un hombre que, en principio, sí lo estaba; bueno, la cintura no se veía bajo un flotadorcillo. No obstante, en nuestra sociedad diríamos que está bien, que no tiene que perder peso. Pero no tenía ningún tipo de musculación, sus brazos eran brazos porque salían del cuello, pero no porque tuvieran forma de brazo. Así que, supongo que, aunque no lo pareciera, su índice de grasa es posible que fuera bastante elevado. ¡Resulta que no es suficiente con estar delgada, también hay que tener una adecuada proporción de grasa y músculo! ¡Ay, Dios mío!


El viernes, el médico me dio una rueda de cartón con unas graduaciones para que comprobara cuál sería mi peso ideal. Esta rueda no sólo establece la relación correcta entre altura y peso, sino que relaciona el sexo con el perímetro de la cintura, indicando el riesgo de diabetes, de hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares. Hay personas de peso más que adecuado pero que lo tienen todo en el vientre por lo que tienen más riesgo de enfermedad que otras de peso superior. Estas personas están delgadas, pero su alimentación es incorrecta.

La graduación atraviesa el infrapeso, normopeso, sobrepero I, sobrepeso II, obesidad I, obesidad II y obesidad mórbida y obesidad extrema. Hoy, con mis 79 kilos, estoy en la obesidad I; con un kilo menos llegaré al sobrepeso II. Es un buen comienzo.

La graduación relacionada con el perímetro de la cintura pasa por normal, valores de riesgo y riesgo elevado. Yo tengo 100 cm (39 pulgadas) de cintura, por lo que me encuentro en riesgo elevado. Para entrar en valores de riesgo debería perder 10 cm (4 pulgadas) de cintura. La verdad es que desmoraliza un poco, pero es la realidad, así que tendré que esforzarme.

Buenas noches. Hasta mañana.

lunes, 9 de septiembre de 2013

La dieta y el fin de semana 9.9.13

79.4 kg.

Pues ha concluido una semana desde el zafarrancho gastronómico. Desde el lunes pasado he perdido 900 gramos. ¿Parece poco? Yo creo que no. Si multiplicamos esta cifra por cuatro semanas nos da la bonita cifra de 3 kilos y 600 gramos. En 6 meses serían 21 kilos. Visto así hasta parece demasiado rápido. Pero la realidad es que no siempre será tan bonito.

Ayer domingo no escribí, pero tengo que contaros que pesaba 72.3 kg; 100 gramos más que el sábado, y hoy 100 gramos más que ayer domingo. ¿Por qué?

- El sábado estaba muy ilusionada después de la caminata de dos horas por el campo. Pero para comer tomé una especie de pechuga de pollo cocida que sólo hay que calentarla en la sartén. ¿Pollo? Yo no reconocí el pollo. No obstante, podría parecer que seguía las instrucciones de la enfermera en relación a las proporciones de proteínas, hidratos y grasas, pero la proteína que comí era un plato precocinado. Me decía la enfermera que nada de conservas o precocinados que no fueran al natural porque los conservantes y colorantes impiden la buena digestión y por tanto impiden adelgazar. Pues la etiqueta estaba sobradita de E no sé cuánto, E no sé qué más...
- Por la tarde merendé una cerveza y unas 10 aceitunas con su salmuera saladita. Si no es que tenga calorías la sal, pero retener líquido debe dar miedo verlo.
- Antes de acostarme me obsequié con un combinado: ginegbra con Coca-cola. La cola es zero, pero, ya ves tú, el lingotazo de gin, no quiero ni saber cuántas calorías tendría.

Ayer todo fue bastante bien hasta la comida que, no siendo mala, fue excesiva. Comí en un restaurante una sopa de verduras (bien, verduras hervidas, muy diurético), codillo asado (aquí la cosa tambaleó un poco, intenté comer sólo la parte magra, pero grasa, tiene grasa), flan casero de huevo y pan. Para terminar nos fuimos a tomar café a una pastelería de la calle Bailén, al horno de San Onofre, es una pastelería artesanal de toda la vida. Tomamos café, con su correspondiente azucarillo y medio frisuelo relleno con crema pastelera. Sí, creo que fue todo un tanto excesivo. Estuvimos paseando cerca de una hora por Las Vistillas y por el Madrid Río.

Evidentemente, la intención era no cenar, pero algo hubo que ingerir. A media tarde fue una tónica (72 calorías, tampoco es que vaya descalzo el refresco) y un yogurt con una cucharada de mermelada, eso sí, casera y sin azúcares refinados.

Esta semana otro kilito fuera.

sábado, 7 de septiembre de 2013

La dieta funciona. 7.9.13

79.2kg.

Ayer no escribí, el trabajo me lo impidió. Pero hoy estoy super contenta. Ayer por la mañana pesaba 79.4 y hoy, por fin otra vez, he vuelto a alcanzar el peso del sábado pasado antes de la hecatombe.

Está mañana he salido a andar 12 kilómetros (7.45 millas) por caminos de monte bajo. No es lo mismo, parece ser, andar por asfalto, por hormigón, que por el suelo irregular de las veredas. Han sido dos horas andando a buen ritmo y con una considerable sudorina (palabra inventada que parece ser más fina que la palabra sudor).

Y, cuando he llegado a casa, ta chan, ta chan, ta chan... no lo he podido evitar. Ya sé que después del ejercicio, y más si se ha sudado, el peso no es real, que la pérdida de peso es por la pérdida de líquidos, que en cuanto bebas vuelves a tener el mismo peso y !ay! del que no beba.

!QUÉ YA LO SÈ!

Pero, ?quién se resiste a la posibilidad de ver el 8 de la cifra 78? Pues, yo no. Y, efectivamente : 78.5kg.

Sí, he dado un grito de satisfacción; no ha sido evitable. Luego he comido sandía, mucha, pero mucha, mucha.

A otra cosa. Ayer fui al médico y a la enfermera como ya os dije. La doctora miró los análisis de sangre que tenía de hace unos meses y me recomendó que no hiciera ninguna dieta fuera de las recomendaciones que me diera más tarde la enfermera, que si adelgazaba con dietas tipo disociadas o hiperproteicas o de basadas en un sólo alimento, que tendría problemas en el hígado o en los riñones. No se preocupe.- Le dije yo. Si voy ahora a hablar con la enfermera. Supongo que los médicos siempre tienen mucho miedo de que, lo que arreglemos adelgazando, lo estropeemos por el cómo adelgazar.

Pues me quedé muy satisfecha por lo que estuvimos hablando la enfermera y yo. Básicamente vimos que comía bastante bien y que lo que tenía era un problema de ansiedad. Por una parte me alegró saber que la manera en que me enfrento a la comida es correcta, que los porcentajes de hidratos de carbono, proteínas y grasa de cada toma son los adecuados.

Respecto al tema del azúcar me hizo ver que tomaba demasiada, ya que tomo tres cafés diarios y dos lácteos, lo que lejos de significar 5 cucharadas de azúcar, suponen 7 u 8 seguro. En el lácteo de por la mañana tomo miel y también me recomendó prescindir de ella; de momento mantendré la miel de por la mañana, aunque en menor cantidad. El resto del azúcar será convenientemente abandonada.

Me habló de las conservas, que solo las tomara si eran naturales pues los conservantes y colorantes impiden adelgazar. Así que mantendré el bonito de lata al natural y desecharé los espárragos. En mi casa no se toma ningún otro alimento en conserva o precocinado.

Respecto a la ansiedad de mis tardes me aconsejó que buscará una obligación, quizás un gimnasio o pasear con amigas o cualquier actividad física. De una u otra el deporte no sólo ayuda adelgazar, sino que calmará la ansiedad. Voy a buscar un gimnasio, sí.

Hemos quedado en vernos para controlar el peso, y comentar como me ha ido con la con la comida, cada 15 días.

Hasta mañana.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Mis técnicas culinarias ( II ) 5.9.13

79.6 Kg.

Sí, sí, no me he equivocado y he puesto el peso de ayer, es que peso exáctamente lo mismo. Cuando me he ido a pesar me he puesto las manos a modo de jarra y he pensado he adelgazado seguro, tengo menos cintura. ¡Cuánta ilusión! Bueno, lo importante es continuar sin fiascos tipo el fin de semana pasado. Ayer intenté hacer deporte, pero no podía ni con mi alma. Es que estoy en una edad muy mala y llevo unos días con unos sofocos... Las mujeres que estén pasando por lo mismo me comprenderán. A ver si me entero bien de qué alimentos aumentan el nivel de estrógenos y, por lo tanto, alivian estos calores. De momento conozco el apio y lo rábanos o rabanitos. Los introduciré en mi dieta. Hoy haré deporte, pase lo que pase.

Continúo con mi forma de cocinar que inicié en el post de ayer "Mis técnicas culinarias ( I ) 4.9.13". Ayer hablaba del desayuno, hoy hablaré de la comida o la cena.

Mi objetivo es dedicarle el menos tiempo posible a cocinar; nunca más de media hora al día (incluso nada algunos otros), excepto que tenga una reunión de amigos o celebremos algo especial en casa, en cuyo caso, cocino platos más complicados por eso, porque es un día de fiesta. Además, entiendo que mientras menos elaboración tiene la comida, más fácil es la digestión y lo importante es que todo sea muy diurético, que no se almacene nada en las cartucheras. Pero... a otras personas no se les almacena nada, pero a mí... parece que se me almacena hasta el apio ese.

Las ensaladas son rápidas y manchan poco. Lechugas, tomates, cebolla, ajo, frutas, pasas, espárragos (de lata, claro), semillas, repollo, pimiento, lombarda, remolacha, zanahoria, apio (estas verduras se comen crudas perfectamente), bonito, surimi, jamón... y cualquier cosa que haya sobrado de otro día. Si la ensalada se hace en plato grande, la pareja puede comer en el mismo plato y si se hace en un bol, pues se sirve en platos de plástico; el caso es no fregar. Si este plato es una cena, pues ya no hay que comer más. Si es una comida, pues nos faltan los hidratos, o bien comemos pan o bien comemos pasta o legumbres... en la misma ensalada, por supuesto.

Cocinar la pasta. No mancha nada porque no le echo aceite al agua de cocer. ¿Que se quedan pegados? Yo creo que no se quedan. Cuando se quedan fríos sí que se pegan, pero es en ese momento cuando les echamos el aceite. De esta manera el aceite, al no calentarse, no ha sufrido ninguna transformación y seguro que es más digestivo. A mi lo que me importa es que no me siente mal la comida nunca. ¿Y el cazo de cocer? No necesita ni agua caliente para limpiarlo porque no tiene grasa.

La legumbre. Bueno, aquí me sobro. Los garbanzos o judías las meto en un saquito para que no se mezclen con las verduras y poderlas separar mejor. En la misma perola introduzco patatas, verduras y bastante agua, pechuga de pollo entera o, algunas veces, costillas. De esta forma tengo caldo para sopa, legumbre con verduras, patatas con verduras, carne con verdura. Es decir, tardo lo que tardo en pelar o trocear ciertos productos, pero luego se hace solo y a fuego lento, por lo que el gasto de luz, además, es muy escaso. Eso sí, estamos tres días comiendo y cenando con el mismo sabor.

El pescado en mi casa se hierve, nada de plancha, ni mucho menos frito. Por ejemplo: el salmón cocido está riquísimo. Tarda menos que a la plancha, no pone la cocina perdida de grasa, ni siquiera hay que encender la campana extractora porque no huele; todo son ventajas.

Lo que quiero decir es que yo también he puesto pegas a no tener tiempo para comer de forma saludable, a comer cualquier cosa a media mañana porque qué me voy a llevar al trabajo. También he comido lo que sea porque no había nada en casa hecho. He aprendido que la alimentación es muy importante para mi salud. Igual que nunca tomaría veneno tampoco puedo ingerir lo primero que encuentre. Merece la pene sentarse cada dos otres días a planificar nuestros menús.

Hasta mañana.

Se me olvidaba, mañana voy al médico a contarle que intento adelgazar a ver qué me dice.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Mis técnicas culinarias ( I ) 4.9.13

79.6 kg.

Bueno, parece que vuelvo al buen camino. Esta mañana estaba nerviosa antes de pesarme. Ayer me porté muy bien, no sólo comí moderadamente, sino que estuve activa hasta la hora de irse a la cama. Aunque, supongo que, una media hora antes de acostarse, deberíamos estar relajados, charlando, sin trabajar, ni en casa, ni en el ordenador, ni tan siquiera leer un libro.

Cuando nos enfrentamos a adelgazar empezamos a informarnos de las posibles dietas y todas ellas nos bombardean con recetas de cocina saludables. No es que sean complicadas, cualquiera puede hacerlas, incluso aunque nunca haya cocinado. Pero la mayoría de las personas tienen la sensación de que no tienen tiempo para elaborar esos platos. La necesidad de la comida precocinada, los fritos, sandwiches, hamburguesas, snacks... se ve como inevitable cuando uno trabaja durante todo el día. Si a eso le sumamos obligaciones familiares la conversación siempre es la misma: "Es que yo no tengo tiempo para cocinar."

Supongo que la mayoría de las dietas, y de nuestra vida normal, son hiperproteicas, en detrimento de los hidratos de carbono, por lo que hay mucha plancha y poca cacerola. Yo he optado en mi vida por la comida cruda y por la cacerola, independientemente de que esté adelgazando o no. Yo creo que es más sano, y más rápido y se mancha todo mucho menos, y se gasta menos agua caliente y jabón para fregar... ¡Todo son ventajas!

Voy a empezar poniendo un ejemplo con el desayuno. Mañana hablaré de la comida y la cena tal y como las cocinamos en casa.

Le dedico tiempo a desayunar, es cuestión de levantarse antes, pero, aunque me levantara más tarde, podría ir comiendo en el metro o incluso al llegar al trabajo. De todas formas, creo que forma parte del cambio de hábitos el desayuno completo:
- Fruta. Se va pelando conforme se va comiendo. No necesita preparación.
- Tostada de pan con aceite y jamón serrano, cocido, salmón, queso fresco... Las tostadas pueden estar cortadas, porque en algún momento del día cortaremos pan y aprovecharemos para cortar un poco más y guardarlo. No tiene porqué estar supertierno.
- Yogurt con cereales, piñones, frambuesas y miel y canela. Hay que abrir el yogur, volcarlo en un tazón y echar los ingredientes (ya sé que son muchos, podrían ser menos), pero preparación, preparación de cocinar no parece que tenga.
- Café. Esto sí necesita algo de tiempo, sin embargo es lo único de lo que no prescindimos.
- Tabaco. Bueno, ésto es que hay que irlo dejando. Pero sé que muchas personas no perdonan estos cinco minutos. Si se los dedicáramos a la tostada...

Ahora voy a hacer el simulacro de alguien que no tiene nada de tiempo:
- Fruta. Mientras bajo al coche, voy al metro o al autobús, puedo ir comiéndome una manzana o cualquier otra fruta que pueda comer con piel.
- Pan. Podemos comer el pan sin tostar (Aunque, ¡está tan rico tostadito!) y sin el aceite. ¡Qué le vamos a hacer! Incluso podemos tener jamón o queso en tacos y envueltos para que no manchen e ir comiéndolos camino del trabajo. (Los venden en todas partes).
- Yogurt, cereales. Bueno, comeré más pan, hay que tomar 40 gramos de cereales sólo por la mañana e introduciré el queso. O no me comeré el yogurt, ya tomaré los lácteos, si es que los considero imprescindibles, a otra hora del día.
- Y, como no hemos tomado la grasa del aceite, pues podemos comer frutos secos. Se llevan en el bolsillo y no manchan. Hay que consumirlos crudos, sin sal y sin tostar con aceites de dudosa procedencia. Se compran sin cáscara y, si tienen piel, pues se la come una, que seguro que tiene alimento.

Y lo que siempre tendremos es el turrón, los mantecados, los polvorones, los almendrucos, sólo hay que comprarlos ecológicos y con azúcar no refinada. Siempre he pensado que las comidas tradicionales son las más saludables, sólo tenemos que conseguir no adulterarlas y comerlas en pequeñas proporciones. ¿Son más caros? Pues sí, pero es que no hay que comer tanto. Cuando vaya llegando la Navidad pienso desayunar fruta, jamón, yogurt y TURRÓN. Almendra, piñones, miel, huevo, aceite, manteca... ¡Uhmm! ¡Cuánta energía tendré durante toda el día¡ ¡Se me activará el metabolismo basal y podré quemar muchas calorías! Lo tengo decidido, voy a adelgazar a base de nuestra comida tradicional.


Fotografía de http://revistagastronomo.blogspot.com.es/

Hasta mañana.

martes, 3 de septiembre de 2013

Seguimos adelgazando a pesar del fin de semana. 3.09.13

Bueno, esta mañana peso 80 kilitos exactos.

Por fin voy a poner fotografías.

Me la hice el jueves pasado. Cuando la vi pensé que estaba peor de lo que me imaginaba. ¡Vaya flotador! Los brazos no se ven bien, pero tienen el mismo aspecto de celulitis que las piernas. Espero que pronto pueda hacerme una fotografía en que se me vea de manera distinta.

Ayer estaba bastante hundidilla y mi marido me dio algo para leer que me hizo pensar. Fue en la revista Sport Life, en el número 173 de septiembre de 2013, en la página 84. "Querida fuerza de voluntad, visto que no deseas acompañarme en mi objetivo de empezar a hacer deporte, he decidido abandonarte. Han sido muchos años luchando contigo y a partir de ahora me veo preparado para conseguirlo solo. Agradezco tu compañía y todo lo que me has aportado. Pero hoy empiezo mi camino, hoy cojo el timón de mis sueños. Ha llegado mi momento. Con cariño, tu ex". 

Toda la vida intentando tener fuerza de voluntad, sintiéndose culpable por no tenerla. Claro, es que no hay que buscarla, hay otras formas de hacer las cosas sin confiar en la dichosa fuerza esa; voy a exponer mis ejemplos, unas veces funcionan y otras... no:
- Pensé en lo que hice el día 31, me organicé la tarde. ¿Cómo luchar contra la ansiedad que me produce estar sola en casa? Pues, por ejemplo, organizándome la tarde con antelación.
- Recuerdo un día en el que estuve muy activa porque confeccioné una lista con cosas que tenía que hacer y la colgué en el frigorífico e iba tachando la tarea que iba terminando. Era muy gratificante ir viendo el papel llenándose de tachones.
-Otra de las cosas que he hecho para no tener que depender de la fuerza de voluntad, me doy cuenta de que es este blog. Saber que cada día tengo que contar lo que he comido o el ejercicio que he practicado, me empuja a no comer mal y a estar activa.
- No comprar aquello que no debo comer: platos precocinados, azúcares refinados, embutidos, bollería industrial, snacks. En ésto debo darle las gracias a mi marido, no me pasa ni una, no compra nada indebido. De ese modo, cuando me ataca el hambre voraz por las tardes, por mucho que mire el frigorífico o los armarios, sólo veo frutas, frutos secos, pan integral, verduras, lácteos desnatados. Sí, me atraco de avellanas, pero al menos el cuerpo reconoce el alimento y, por supuesto, el alimento no tiene potenciadores del sabor que te hacen no parar; a la décima almendra sin sal y sin tostar, el cuerpo no quiere más.
- Levantarse y apagar la tele. Es muy ruidosa, no te deja pensar, te aturde.
- Los días en que mi marido trabaja por la mañana y yo no, me levanto con él a la misma hora de siempre y me voy con el perro a pasear. Se activa el cuerpo y al volver a casa, al meno durante un rato largo, no me siento en el sofá.

Iré pensando en más trucos para darle una buena patada a la fuerza de voluntad.

Comida del lunes:
- Desayuno: Fruta y yogurt con muesli. La tostada con jamón la obvié. Estaba demasiado depre.
- Almuerzo: Como siempre. A ver si cambio porque es aburrido todos los días igual.
- Comida: Hoy tenía comida de trabajo y he comido dos horas después de lo habitual, por lo que tomé dos ciruelas a la una y media. Ensalada y pollo con calabacín, pan y café.
- Merienda: Sandía.
-Cena: Hervido de judías verdes, zanahoria, patata y dos costillas de cerdo (cocidas, evidentemente).
-Precama: Onza de chocolate.

Ejercicio: Caminar una hora y cuarenta minutos a buen ritmo y con cuestas largas.

Hasta mañana.

lunes, 2 de septiembre de 2013

La primera piedra en el camino. 2.09.13

Pues llegó el primer escollo. El sábado por la mañana pesaba 79.2 kg. Pero el domingo he amanecido pesando 79.8 kg. Ya lo sé, ya lo sé, nos lo han dicho decenas de veces: no hay que pesarse todos los días, basta con hacerlo una vez a la semana. Pero eso lo hacen los que no están obesos, aquellos a los que sólo les sobran 4 ó 5 kilos. Nosotros no sólo nos pesamos una vez al día, sino dos o tres veces, las que se tercien o, por el contrario, no nos pesamos nunca para no ver lo que no queremos ver.

Bueno, la cuestión es que ayer iba todo de maravilla. El desayuno, el almuerzo, un largo paseo por la mañana, una comida, yo creo que magnífica: pollo hervido en tomates con una cucharada de aceite de oliva, pan, yogurt griego y un café; y de merienda dos piezas de fruta. Pero... ta chan, ta chan, ta chan.... estabamos invitados a un cumpleaños.

Qué desmadre gastronómico: 2 costillas de cerdo en una salsa industrial; chopitos fritos, a saber en qué aceite, con mahonesa industrial; sepia con la misma mahonesa de antes y patatas fritas en el aceite de los chopitos. El pan del muy blanquito, del que tiene dos kilos de sal. Y de beber dos cervezas... por llamarle algo a aquel líquido. Y claro, después hay que tomarse una copa: 2 copas de ginebra con Coca-cola aderezadas con kikos, ganchitos, helados y nubes (marshmallows). Y, por supuesto, me acosté tres horas después de lo habitual.

Ayyyyyyyyyyyyyyyy!

El domingo bebí mucha agua, tomé frutas, volví al pollo hervido en tomate y di un par de paseos, porque deporte, lo que se dice deporte no tenía cuerpo para practicarlo. Pensaba montar un par de horas en bicicleta o andar 10 ó 12 kilómetros, pero los desaguisados son así, te fastidian el día... y el siguiente e incluso el de más allá. Pero no contenta con esta situación salimos por la tarde a pasear. "Quiero cenar en casa", le dije a mi marido. Pero, las persona obesas lo somos por algo. Nuestro ocio incluye el comer. "¿Qué hacemos hoy?" Eso significa "¿A dónde vamos a ir hoy a comer"? Fueron dos Gulden Draak (cerveza belga), 3 alitas de pollo al estilo irlandés y un helado.

Y hoy lunes, ¿qué peso hoy? 80.3 kg. ¡Qué bien!Lo mismo que cuando empecé el miércoles pasado. Esfuerzo e ilusión tirados al cubo de la basura. Siempre es la misma historia, durante la semana me esfuerzo en no estar sola en casa, en comer, y sobre todo cenar, de manera saludable y, cuando llega el fin de semana... ¿Sólo porque cené mal dos noches? Pues, sí; sólo por eso.

Pero esta vez tengo un arma secreta, tengo este blog, y lo voy a conseguir.

Hasta mañana.