Good bye fuerza de voluntad. 18.11.13

http://www.sportlife.es/salud/articulo/cuestion-de-voluntad/pagina/1

Me ha sido tan revelador el artículo de esta revista que quiero compartirlo.
He reflexionado sobre lo que significa tener o no tener fuerza de voluntad, el estigma que supone el no tenerla y si realmente la necesito.

El artículo enfrenta a la fuerza de voluntad (sólo al alcance de unos pocos) con el entrenar y fortalecer la actitud, la motivación, el establecimiento de objetivos, las reacciones impulsivas, la organización del tiempo, el humor, las prioridades (al alcance de todos). Para mí lo más importante es la organización del tiempo, escribirlo, ir cumpliendo objetivos incluso cada media hora y ver cómo la lista de tareas empieza a estar llena de tachones. Transcribo el último párrafo que ha sido para mí como una oración ante el combate:

"Querida fuerza de voluntad, visto que no deseas acompañarme en mi objetivo de empezar a hacer deporte, he decidido abandonarte. Han sido muchos años luchando contigo y a partir de ahora me veo preparado para conseguirlo solo. Agradezco tu compañía y todo lo que me has aportado. Pero hoy empiezo mi camino, hoy cojo el timón de mis sueños. Hoy ha llegado mi momento. Con cariño, tu ex".


40 años intentando ser su amiga, 40 años intentando agradarla, ser merecedora de su afecto. Y a mis 46 años, de un plumazo, en un momento, alguien te hace pensar, te dice las palabras justas y entonces lo ves todo claro: La señora Fuerza de Voluntad no me quería, se reía de mí constantemente, se burlaba cruelmente. Veía cómo me esforazaba cada día, cómo me repetía machaconamente, tengo que tener fuerza de voluntad, tengo que tener fuerza de voluntad. Y ella me miraba sabiendo que humanamente era imposible.

Y caía una y otra vez, pasaban los minutos y las horas delante del televisor, diciéndome a mi misma que saldría a andar más tarde o ya mañana, que hoy hacía mucho frío, que es que ese programa me gustaba mucho, que era mi favorito. Y volvía a caer abriendo el frigorífico, cogiendo el queso o el jamón, el tarro del azúcar o el bote del cola-cao. Es sólo un poco, sólo un poco más, esta noche no cenaré, me decía constantemente a mí misma buscando a la fuerza de voluntad, pero siempre se escondía. Ella sabía que las escusas eran muy fuertes y que al llegar la noche, me sentiría miserable, con la autoestima destrozada, sintiendo que no valía para nada y a ella le divertía. Pero acto seguido me miraba y rápidamnete, queriendo agradarla, le decía, mañana, mañana estaré contigo.

Pero ¡qué sinvergüenza! ¿sabéis lo que me decía? Que había otras personas que sí que tenían fuerza de voluntad, que es que no ponía interés, que es que era una dejada, que no me esforzaba. Que, si no era capaz de levantarme del sillón cuando ella me lo decía, que si no era capaz de dejar de comer dulces o grasas cuando ella quería, que no iba a ser capaz de hacer nada en la vida, en el trabajo, con la familia. Mentirosa, eso que ella llamaba fuerza de voluntad en otras personas, no lo era, nadie la tiene por amiga, nos engañaba, la gente que parece tenerla de amiga, lo que tiene son recursos, organización. Primero nos decía que comiéramos poco y por la tarde nos ponía dulces y grasas delante. Sinvergüenza, le contaré al mundo quién eres.

1 comentario:

  1. ¡Qué grandes verdades! Tienes toda la razón con lo que me has dicho hoy en la entrada de esta mañana. No es falta de fuerza de voluntad, son excusas, puras excusas. Y conste que lo sé, ¿eh?. Y después llega la culpabilidad, el "por hoy no pasa nada", y a este hoy se le suma mañana, y otro, y otro... El postponer no es bueno. Las cosas son para hoy. Y es cierto lo que dice el artículo de Sportlife: muchas veces no es falta de tiempo, es vagancia... El "no tengo tiempo"... otra excusa.
    Besos

    ResponderEliminar

Gracias por vuestro tiempo y por escucharme.
Espero ser de ayuda también a otras personas.